Todos somos conscientes de la importancia del sentido del oído en nuestras vidas, al permitirnos interactuar con el entorno y comunicarnos con nuestros semejantes. Pero ¿qué más sabemos? Le contamos algunos datos interesantes que tal vez no conozca.
Datos curiosos sobre los oídos y la audición
Compartimos algunas singularidades del fascinante mundo del oído y la audición.
La forma de la oreja tiene su razón de ser:
El pabellón auricular u oreja es una estructura compuesta por cartílagos y piel cuya función principal es captar las vibraciones sonoras para redirigirlas hacia el interior del oído. Actúa como una especie de embudo o megáfono, canalizando el sonido hacia el conducto auditivo externo. Si no tuviésemos orejas gran parte del sonido se perdería.
Las orejas aumentan de tamaño con el paso de los años:
Quince años atrás, médicos ingleses se reunieron para intentar resolver un misterio: ¿crecen los oídos con el paso del tiempo? Para ello midieron las orejas de 200 personas mayores de 30 años y encontraron que éstas aumentaron de tamaño en un promedio de 0,22 mm por año, es decir, alrededor de 1 cm en 50 años. Otros estudios de Japón e Italia coincidieron con estos hallazgos.
Aún no se comprende completamente por qué esto es así. Algunos científicos sugieren que el crecimiento de las orejas puede deberse a que con el tiempo la piel pierde elasticidad, lo que hace que el tejido de las orejas se hunda y se estire. Además, los lóbulos de las orejas pueden caer gradualmente bajo el peso de aros.
El cerumen es una protección natural de los oídos:
La cera de los oídos, también conocida como cerumen, es una secreción natural producida por glándulas especiales que se localizan en la piel del tercio exterior del conducto auditivo externo.
El cerumen es una parte útil y natural de las defensas del cuerpo. Al igual que los pelos de la nariz y las pestañas de los ojos, protege al conducto auditivo al bloquear la entrada de invasores externos tales como suciedad, polvo y gérmenes. Sirve también como lubricante de los oídos.
El oído se limpia solo:
Según refiere la Organización Mundial de la Salud (OMS), los oídos tienen la capacidad de “autolimpiarse” y lo hacen de una manera natural y continuada desde adentro hacia fuera.
Las partículas de polvo y suciedad que entran en los oídos, así como las células muertas del conducto auditivo, se pegan al cerumen. Y los movimientos normales de la mandíbula (hablar, comer, bostezar) empujan esa cera “vieja” hacia la abertura del oído, donde la mayor parte del tiempo se seca, descama y cae durante el baño o ducha habitual.
El oído medio contiene el hueso más pequeño del cuerpo:
El estribo es el hueso más pequeño del cuerpo con una longitud de entre 2,5 y 3 milímetros y recuerda por su forma anatómica al estribo de una silla de montar. Integra la cadena de huesecillos situada adentro de la caja timpánica, junto con el martillo y el yunque, y participa en el proceso de la audición humana al conducir las vibraciones producidas en el tímpano hacia la entrada de la cóclea (oído interno).
El músculo más pequeño del cuerpo también se encuentra en el oído medio:
El músculo del estribo o estapedial es el más chico del cuerpo humano, con una longitud de tan solo 8 milímetros, de los cuales solamente 2 están dentro la caja del tímpano. Su función principal es estabilizar al hueso del estribo en el oído medio, específicamente cuando entran ruidos y sonidos muy fuertes al oído. De este modo se limitan los ruidos de alta intensidad y se previenen los posibles daños a estos huesos causados por los sonidos de alta intensidad.
Al oído lo protege el hueso más duro del cuerpo:
El hueso temporal que se encuentra en los laterales del cráneo se encarga de resguardar a los órganos de la audición frente a traumatismos y lesiones que vienen del medio exterior. Como dato curioso, es el hueso más duro del cuerpo humano; por esta razón, el oído está muy bien protegido.
La cóclea es del tamaño de una arveja:
La cóclea es increíblemente pequeña, del tamaño aproximado a una arveja, y vista desde el exterior tiene un parecido sorprendente con el caparazón de un caracol. En su interior contiene todo tipo de pequeñas estructuras que trabajan juntas para convertir el sonido en audición. Todas están enrolladas en una espiral, pero si se desenrollase una cóclea promedio, terminaría siendo un tubo de unos 31,5 milímetros de largo. Este tubo puede tener unos pocos milímetros de ancho en la base, pero en la parte superior se encoge a meras fracciones de milímetro.
El cerebro juega un papel principal en la audición:
En el proceso de la audición interviene desde el pabellón de la oreja hasta la corteza auditiva del lóbulo temporal del cerebro. Las ondas sonoras viajan del oído externo, a través del oído medio, al oído interno, donde las vibraciones estimulan a miles de células ciliadas. A su vez, estas diminutas células envían impulsos eléctricos a los nervios auditivos que conectan con el centro auditivo del cerebro, donde se convierten en sonidos que podemos reconocer y comprender. Asimismo, el cerebro discrimina los sonidos relevantes del ruido de fondo y amplifica el volumen de nuestra propia voz. Por todo esto se dice que “escuchamos con el cerebro”.
El oído nunca descansa:
El sentido del oído siempre está activo, incluso durante el sueño. Al dormir, el cerebro simplemente ignora la mayoría de los sonidos entrantes. Y tan solo si se produce un ruido diferente y más intenso, el oído reacciona como mecanismo de defensa para ponernos en alerta y responder de modo adecuado.
El oído interno también interviene en el equilibrio:
El cerebro logra y mantiene el equilibrio del cuerpo gracias a la información que le llega de los ojos (vista), la propiocepción (tacto) y el sistema vestibular del oído interno.
El sistema vestibular se considera el receptor de información más específico de la función de equilibrio. Su rol se puede resumir en las siguientes funciones: mantiene el equilibrio corporal en reposo y en movimiento, controla la postura, proporciona estabilización de la cabeza, regula la locomoción y otros movimientos, y también proporciona conocimiento de la orientación en el espacio.
El oído influye a la hora de saborear alimentos:
El Prof. Charles Spence, psicólogo experimental que se desempeña como director del “Crossmodal Research Laboratory” de la Universidad de Oxford en los Estados Unidos, investigó la interrelación entre las diferentes modalidades sensoriales. Llevó a cabo un experimento para probar cómo el sonido afectaba la percepción del sabor. Para ello ofreció un caramelo toffee a un grupo de voluntarios mientras a través de auriculares percibían sonidos de frecuencia aguda o grave. Se observó que cuando los sonidos eran de frecuencia aguda, el caramelo parecía más dulce, mientras que si los sonidos eran graves, provocaban un sabor más amargo. Posteriormente, se hizo la misma prueba en un restaurante con resultados similares.
En otro experimento que se realizó en el laboratorio se grabó con un micrófono el crujido de las papas fritas al ser mordidas. Al incrementar ese sonido a través de los auriculares, el cerebro de los que las comían interpretó que eran más frescas y crujientes.
Como conclusión: el sonido contribuye a la percepción del sabor, de la textura o de la frescura de un producto. Es una percepción multisensorial y se construye a través de la vista, el olfato, el oído y el tacto, «más que por la lengua”.
Los oídos derecho e izquierdo manejan el sonido de manera algo diferente:
Los científicos han descubierto que los oídos derecho e izquierdo procesan el sonido de manera diferente. El oído derecho responde más al habla y la lógica, mientras que el oído izquierdo está más sintonizado con la música, la emoción y la intuición. Los científicos creen que se debe a que el habla se procesa principalmente en el hemisferio izquierdo del cerebro, mientras que la música (y otras funciones creativas) lo hacen en el hemisferio derecho.
Más hombres que mujeres tienen deficiencia auditiva:
Según el NIDCD (Instituto Nacional de Sordera y otros Trastornos de la Comunicación) de los Estados Unidos, los hombres tienen el doble de probabilidades que las mujeres de tener pérdida de audición. Esta mayor posibilidad se atribuye a factores ambientales, ya que tanto los oídos de los hombres como de las mujeres son anatómicamente iguales.
La discrepancia se debe a las diferencias ocupacionales y de estilo de vida entre personas de ambos sexos, que se sabe pueden dañar la audición. Si bien muchas mujeres han entrado con éxito en campos dominados por los hombres, todavía hay algunas ocupaciones que son principalmente masculinas, como por ejemplo las carreras militares y los trabajos en la construcción o en entornos industriales con equipamientos ruidosos. También los hombres son más propensos a participar en actividades recreativas en las que están expuestos a ruidos intensos, como cazar o practicar tiro.
El sentido del oído es uno de los sentidos más importantes que tenemos, de modo que es fundamental cuidarlo y mantenerlo seguro. Si sospecha de algún síntoma de pérdida de audición, no dude en hacer una consulta con el médico otorrinolaringólogo.
Fuentes
Healthy Hearing: “Five things you may not know about your Hearing”. Contributed by Debbie Clason. Last updated Dec.10, 2019
ASHA (American Speech-Language-Hearing Association): “Los mareos y el equilibrio”. 2020
Flushing Hospital Medical Center: “Truth or Myth: Our Nose and our Ears Never Stop Growing”. By Michael Hinck. Posted on Jun. 24, 2016
Kiversal: “10 interesting facts about ears and hearing”. August 13, 2018
BBC News: “The ageing process: What happens to our ears over time?”. May 6, 2014
Starkey: “Hearing Impairement is more common in men than women”. Jun. 14, 2019
MED EL: “5 Amazing Facts About the Ear”. Oct. 21, 2013
Hear-it.org: “El cerebro juega un papel principal en la audición”. 3 Octubre 2011
Hear-it.org: “Proceso cerebral de las señales auditivas”. 2 Mayo 2013
Muy Interesante: “¿El sonido afecta el sabor de los alimentos?”. 30 mayo 2018
Verne (una web de El País): “Comemos con los ojos y también con las orejas: todos tus sentidos afectan al sabor”. Por Pablo Cantó. 5 octubre 2016