Si bien es frecuente usar los términos “mareo”, “vértigo” y “desequilibrio” como sinónimos, no son lo mismo. Detrás de cada uno de estos síntomas se encuentran problemas distintos con soluciones diversas. Descubra las diferencias.
¿Cómo se mantiene el equilibrio del cuerpo?
El equilibrio es la situación de estabilidad de una persona, con independencia del movimiento corporal o el de los objetos de alrededor. Una habilidad imprescindible para la vida diaria a la que, en muchas ocasiones, no se le da la importancia que tiene.
El cerebro mantiene el equilibrio del cuerpo usando la información que transmiten los ojos, el oído interno (sistema vestibular) y los sistemas somatosensoriales (piel, músculos y articulaciones). Requiere una compleja integración de los sistemas involucrados, pero a veces ocurre que esa comunicación de los sentidos no funciona de forma correcta y se producen alteraciones del equilibrio.
¿De qué hablamos cuando nos referimos a alteraciones del equilibrio?
Una alteración del equilibrio es todo aquello que nos provoca una situación de inestabilidad, y nos dificulta realizar correctamente las actividades básicas necesarias para funcionar en la vida diaria. Es algo bastante habitual en la población general, en especial mayores de 65 años.
Con frecuencia las personas utilizan el término “mareo” para describir las múltiples sensaciones que una alteración del equilibrio puede generar, entre otras: inestabilidad, mareo, visión nublada, desequilibrio, pérdida de la conciencia, sensación de que “todo da vueltas”, aturdimiento, etc. Pero “mareo” es una palabra genérica e inexacta que no individualiza cada cuadro.
Independientemente de la denominación que se utilice, estas sensaciones repercuten en la calidad de vida de quien las padece y suelen generar intranquilidad, inseguridad y miedo, con un aumento de la morbilidad al incrementarse el riesgo de caídas y fracturas.
¿Mareo, vértigo o desequilibrio?
Hay diversas variaciones en la sensación de equilibrio, conozca las diferencias.
Mareo. Es inespecífico y hace referencia a una variedad de sensaciones, como ser: aturdimiento, inestabilidad, malestar u otras, pero no implica impresión de movimiento. Pueden sufrirlo todas las personas y en cualquier momento; de hecho, con mucha frecuencia afecta a toda la población por igual.
Se trata de un síntoma ocasional que suele aparecer en individuos perfectamente sanos y que por lo habitual mejora por sí mismo o se trata con facilidad. Puede suceder debido a una afección de salud subyacente o a condiciones ambientales, por ejemplo: caída brusca de la presión arterial; levantarse demasiado rápido tras estar sentado o acostado; anemia por deficiencia de hierro; agotamiento en un día caluroso y soleado; deshidratación; bajo nivel de azúcar en sangre; consumo de ciertos medicamentos; intoxicación por monóxido de carbono; mareos al viajar en auto, colectivo u otros medios de transporte; etc.
Vértigo. Significa algo mucho más específico. Es una sensación de que el entorno o uno mismo se mueve, por lo general en forma rotatoria, sin que en realidad eso esté ocurriendo (“ilusión de movimiento”). Se suele describir la sensación con estas frases: “todo me da vueltas”, “siento que estoy girando” o “se me viene el techo encima”.
Se presenta con mucho menor frecuencia que los mareos y afecta solamente al 3% de la población. Su intensidad y frecuencia es variable. Suele acompañarse de náuseas, vómitos, palidez, sudoración, manos frías y movimientos oculares repetitivos e incontrolados (nistagmo), lo que aporta una sensación muy desagradable y una mayor preocupación, tanto en quien lo padece como en los familiares.
No es una enfermedad sino un síntoma, es decir, una manifestación de la patología que aqueja a la persona que lo percibe. Por lo general es causado por cuadros benignos, producidos en su mayoría por un compromiso en la estructura y funcionamiento del oído interno. Pero también hay cuadros menos frecuentes y más severos que afectan estructuras del sistema nervioso central. Las causas posibles de vértigo incluyen: Vértigo Posicional Paroxístico Benigno (VPPB), enfermedad de Ménière, migraña asociada a vértigo, neuronitis vestibular, enfermedad cerebrovascular, trauma craneoencefálico, tumores que afectan el sistema nervioso central o el oído interno, ciertos tipos de medicamentos, etc.
Desequilibrio. Se define como la sensación de falta de estabilidad en la marcha sin percepción de movimiento ni de pérdida de conciencia inminente, que genera una tendencia a la inclinación del cuerpo, ya sea hacia un lado o hacia adelante o atrás. Por lo general se está bien mientras se permanece sentado o acostado, mientras que reaparecen los síntomas con la deambulación.
Puede corresponder a compromiso de distintas funciones o estructuras, como la visión, el sistema vestibular, la propiocepción (tacto) o a la integración de éstas a nivel del sistema nervioso central por afección de estructuras como los lóbulos frontales, el cerebelo o el tronco cerebral.
Presíncope. Es una sensación de desmayo inminente que puede acompañarse de zumbidos en la cabeza, debilidad, palidez, náuseas y/o sudoración. Si bien el cuadro puede manifestarse de forma aguda, también es frecuente que aparezca en episodios prolongados. La severidad de los síntomas depende de la reducción del flujo sanguíneo al cerebro del individuo que lo padece.
¿Cuándo debo consultar al médico?
Por lo general se debe consultar al médico otorrinolaringólogo al sentir cualquier mareo, vértigo o desequilibrio recurrente, súbito, grave o prolongado, y sin explicación. Y concurrir a una guardia médica de emergencia en presencia de cuadros agudos repentinos con síntomas que pueden indicar un problema de salud grave, por ejemplo: dolor de cabeza súbito e intenso, dolor en el pecho, dificultad para respirar, debilidad en las piernas o los brazos, desmayo, visión borrosa, latidos del corazón rápidos o irregulares, confusión o arrastrar las palabras, problemas para caminar o caídas, vómitos continuos, convulsiones, pérdida repentina de audición, entumecimiento o debilidad en la cara, etc.
¿Cómo se tratan los trastornos del equilibrio?
No existe una pastilla mágica o un tratamiento único dada la diversidad de cuadros distintos. Existen tratamientos específicos y efectivos dependiendo del diagnóstico, de modo que el médico otorrinolaringólogo estudia cada caso individual para indicar la mejor solución a seguir. Entre ellos se pueden mencionar:
- Educar al paciente respecto a su problemática y a su tratamiento.
- Simples maniobras físicas para reposicionar los otolitos en el oído interno en el caso de VPPB.
- Rehabilitación vestibular.
- Tratamientos farmacológicos dirigidos específicamente al problema.
- Apoyo psiquiátrico y psicoterapéutico en los casos en que exista un cuadro ansioso o depresivo asociado al cuadro vertiginoso.
- Modificaciones en el estilo de vida, tales como cambios en la dieta y eliminación del alcohol y la nicotina.
- Cirugía reservada para los casos de vértigos incapacitantes que no responden al tratamiento médico.
Consejos para prevenir mareos, vértigo o desequilibrio
Aunque es posible que no siempre se puedan prevenir los mareos, el vértigo o el desequilibrio, hay medidas de autocuidado que se pueden tomar para reducir el riesgo de estas sensaciones.
- Mantenerse bien hidratado, en especial si se está con vómitos o diarrea, en ambientes calurosos, haciendo ejercicio o esforzándose físicamente.
- Controlar el estrés. Algunas opciones efectivas incluyen yoga, respiración profunda y meditación.
- Consumir comidas con regularidad.
- Evitar sustancias como la cafeína, el alcohol o la nicotina que podrían empeorar los síntomas.
- Descansar.
- Usar un bastón o un andador para mantener la estabilidad.
- Instalar barandas o barras de apoyo en el hogar para evitar las caídas.
- Utilizar siempre el pasamanos al subir o bajar escaleras.
- Mantenerse alejado de ciertos movimientos, por ejemplo: mover la cabeza muy rápido, levantarse de una posición sentada o acostada apresuradamente, agacharse para recoger cosas y extender el cuello hacia atrás como cuando se busca algo en un estante o se cuelga la ropa.
- En caso de sospechar que el trastorno del equilibrio es causado por un medicamento, hablar con el médico sobre la reducción de la dosis o cambio de fármaco.
Los trastornos de equilibrio pueden repercutir negativamente en la calidad de vida y en ocasiones ser señal de un problema de salud grave que requiere un diagnóstico y tratamiento adecuado. Consulte al médico otorrinolaringólogo para que valore su situación particular y le ofrezca la mejor opción terapéutica.
Fuentes
ASHA (American Speech-Language-Hearing Association): Serie Informativa de Audiología “La audición y el equilibrio”. 2020
Healthline: “Vertigo: Symptoms, Causes, Treatment, and More”. Last medically reviewed on Nov. 30, 2021
Better Health Channel: “Dizziness and vértigo”. Reviewed on May 28, 2019
Healthline: “What Causes Dizziness and How to Treat It”. Last medically reviewed on Apr. 12, 2016
Revista Gaceta Audio: “Mareos y vértigo: ¿quiénes pueden sufrirlos?,¿cuál es su tratamiento?”. Autora: Dra. Marina Rosende. 20 marzo 2019
SEORL CCC (Sociedad Española de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello): “Los trastornos del equilibrio, motivo frecuente de consulta en urgencias”.
INECO (Instituto de Neurología Cognitiva): «Mareos y vértigo”
Fundación Favaloro: “¿De qué hablamos cuando hablamos de mareos?”
Kiversal: “Vértigos, mareos y sistema auditivo”. 9 septiembre 2019
Médico+: “Las seis diferencias entre vértigo y mareo”. Autor: Pol Bertrán Prieto
Información Terapéutica del Sistema Nacional de Salud, Madrid: “Tratamiento de los trastornos del equilibrio”. Autor: Rafael Ramírez Camacho. Enero 2002