Pérdida auditiva y su influencia en el deterioro cognitivo

Es sabido que una pérdida de audición no tratada aumenta el riesgo de deterioro cognitivo y demencia.

La buena noticia es que una investigación reciente concluyó que el uso de audífonos podría proteger contra el riesgo de demencia al ayudar al cerebro a mantener la agudeza mental.

¿Qué es la demencia?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la demencia como un síndrome -por lo general de naturaleza crónica o progresiva- caracterizado por el deterioro de la función cognitiva (capacidad para procesar el pensamiento) superior al esperado en el envejecimiento normal. Afecta la memoria, el pensamiento, la orientación, la comprensión, el cálculo, la capacidad de aprendizaje, el lenguaje y el juicio. Suele ir acompañada, y en ocasiones es precedida, por el deterioro del control emocional, el comportamiento social o la motivación.

Si bien la demencia se diagnostica con mayor frecuencia en las personas mayores, los cambios cerebrales que la causan comienzan muchos años antes de que aparezcan los síntomas.

La evidencia sugiere que la mediana edad es un momento crítico para pensar en cuidar el cerebro, el cuerpo y el corazón. Nunca es demasiado tarde para hacer cambios que mejoren la salud de su cerebro.

La demencia afecta a cada persona de manera diferente, dependiendo del impacto de la enfermedad y de la personalidad del sujeto antes de empezar a padecerla

Datos y cifras de la OMS respecto a la demencia

La demencia no es una consecuencia inevitable del envejecimiento
La demencia afecta a nivel mundial a unos 50 millones de personas, de las cuales alrededor del 60% viven en países de ingresos bajos y medios.
Se calcula que entre un 5% y un 8% de la población general de 60 años o más sufre demencia en un determinado momento.
El número de personas individuos con demencia alcance los 82 millones en el 2030 y 152 millones en el 2050.
La enfermedad de Alzheimer, que es la forma más común de demencia, acapara entre un 60% y un 70% de los casos.
La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en el mundo entero.

Factores de riesgo y prevención de demencia

Un factor de riesgo es algo que aumenta la probabilidad de desarrollar una afección.

Algunos factores de riesgo asociados con la demencia son difíciles o imposibles de cambiar, como por ejemplo: la edad o la genética. Por otro lado, existen factores de riesgo denominados “modificables” que también contribuyen a una mayor vulnerabilidad, los cuales se pueden controlar mediante cambios en el estilo de vida o con tratamientos médicos.

La OMS ha publicado recientemente un nuevo conjunto de directrices sobre cómo reducir el riesgo de la demencia o, al menos, retrasar el progreso de la enfermedad. La guía, basada en décadas de investigación, describe doce factores potenciales: bajos niveles de actividad física, tabaquismo, mala alimentación, abuso de alcohol, reserva cognitiva insuficiente o deteriorada, falta de vida social, aumento de peso no saludable, hipertensión, diabetes, dislipidemia (niveles de colesterol poco saludables), depresión y pérdida de audición.

Dado que las demencias son condiciones multifactoriales, una pequeña reducción en los factores de riesgo, podría disminuir la posibilidad de aparición. Nunca es demasiado temprano o demasiado tarde para comenzar, ya que la salud del cerebro se puede mejorar y proteger a cualquier edad.

Consecuencias de la pérdida de audición no tratada

La mayoría de las personas que sufren deficiencia auditiva, y no la tratan, acaban experimentando importantes consecuencias en su mente, ya que este problema afecta tanto a la comunicación como a la interacción social, aumentando el riesgo de padecer fatiga, depresión o en última instancia, demencia.

De este modo, cuando una persona sufre pérdida de audición, al cerebro le resulta más trabajoso obtener la información que contiene el sonido y en consecuencia, ese esfuerzo se traduce en un menor uso de otros recursos como capacidad de recuerdo y concentración, sobre todo en ambientes de ruido.

En ese sentido, la hipoacusia resulta muy agotadora, por lo que el uso de audífonos puede ayudar a gestionar mejor el sonido, recibiéndolo de una manera más eficiente. Así, las personas con pérdida auditiva que utilizan audífonos están más preparadas para participar en situaciones sociales, incluso en grupos numerosos.

Usar audífonos puede ayudar a proteger al cerebro y retrasar la aparición de demencia

Un nuevo estudio llevado a cabo en el Reino Unido encontró que las personas que usan audífonos por problemas auditivos relacionados con la edad, parecen mantener una mejor función cognitiva a medida que envejecen, en relación a quienes no los usan.

Fue realizado por investigadores de la University of Exeter y el King’s College London, y presentado en la Alzheimer’s Association International Conference (Conferencia Internacional de la Asociación de Alzheimer) que se celebró en la ciudad de Los Ángeles entre el 14 y 18 de julio de este año.

El estudio online llamado “PROTECT”, analizó a más de 25.000 personas de 50 años o más, algunas de las cuales usaban audífonos. A todos los participantes se les pidió que realizaran pruebas cognitivas anuales durante dos años.

Después de ese tiempo, el grupo que usaba audífonos mostró un mejor desempeño en las pruebas de memoria a corto plazo y en concentración, por ejemplo: al mirar un objeto de gran interés, respecto a aquellos que no los usaban.

La autora principal, Dra. Anne Corbett de la University of Exeter dijo: “Investigaciones anteriores han demostrado que la deficiencia auditiva está relacionada con una pérdida de la función cerebral y de la memoria, así como mayor riesgo de demencia. Nuestro trabajo es uno de los estudios más grandes para analizar el impacto del uso de audífonos y sugiere que utilizarlos podría proteger al cerebro. Se requieren investigaciones adicionales y un ensayo clínico para validar los hallazgos”.

Todavía no está claro por qué los audífonos parecen tener este efecto, aunque los investigadores dijeron que podría deberse a que una mejor audición ayuda a la persona a participar más en su entorno, lo que los hace sentir mejor y estimula el cerebro.

El Prof. Clive Ballard de la University of Exeter Medical School (Facultad de Medicina de la Universidad de Exeter) refirió: “Sabemos que se puede reducir el riesgo de demencia en un tercio si tomáramos medidas desde la mitad de la vida. Esta investigación es parte de un cuerpo de trabajo muy importante para descubrir lo que realmente funciona para mantener nuestros cerebros saludables”. Y añadió: “Es un hallazgo temprano y necesita más investigación, pero tiene un potencial emocionante. El mensaje aquí es que si le aconsejan un audífono, use uno que funcione bien para usted. Como mínimo, mejorará su audición y también podría ayudar a mantener su agudeza mental».

Tener demencia es una verdadera preocupación para los adultos mayores y para quienes los cuidan. Está en manos de cada uno de nosotros reducir los factores de riesgo que pueden llevar a su adquisición.

Verifique su estado auditivo con la ayuda de un profesional experimentado y actúe tan pronto como sea posible si se le detecta una disminución de la audición. La ayudas tecnológicas disponibles hoy en día son discretas y con prestaciones de avanzada.