¿Riesgo auditivo por mosquitos?
Los mosquitos, más allá de molestarnos con su zumbido y picaduras, representan un gran peligro para nuestra salud por la cantidad de enfermedades que pueden transmitir. Y la amenaza aumenta en temporada de calor y lluvias.
Las afecciones transmitidas por los mosquitos constituyen un problema creciente de salud pública a nivel mundial.
Los mosquitos y la transmisión de enfermedades
Si bien en el mundo se conocen más de 3.500 especies de mosquitos, de las cuales 242 están presentes en la Argentina y 30 en la Provincia de Buenos Aires, solo menos de 10 son altamente peligrosas y pueden ocasionar problemas de salud.
Los tan temidos mosquitos de la especie Aedes Aegypti cobraron notoriedad los últimos años por ser vectores de transmisión del Dengue. Pero también pueden transmitir enfermedades como la Fiebre Amarilla, la Fiebre Chikungunya y la Enfermedad por el virus de Zika.
El presente artículo hará referencia solamente a la Enfermedad por el virus de Zika, por sus posibles consecuencias sobre la salud auditiva.
Orígenes y propagación de la enfermedad por el virus de Zika
Hasta el 2015, el Zika era un virus poco conocido y bastante inofensivo que producía síntomas parecidos a los de la gripe. El virus, que fue identificado por primera vez en 1947 en monos ubicados en la selva de Zika, de Uganda, se abrió paso más tarde a los humanos y se propagó por toda África, el sureste de Asia y el Pacífico sur. Y llegó a Brasil en el verano del 2014, extendiéndose por todo el Caribe y Latinoamérica, dejando al descubierto los efectos devastadores que es capaz de causar en casos de infección congénita, es decir, durante el período de gestación.
Si bien la fase de emergencia de la epidemia terminó, la enfermedad no desapareció, y así lo manifestó la Organización Mundial de la Salud en un informe que emitió el 2 de julio del 2019, en el cual enumeró los 61 países aún con presencia del virus.
Es posible que el virus de Zika se haya desvanecido de los titulares de los diarios dominados por la COVID-19, pero todavía está entre nosotros.
Enfermedad por el virus de Zika
El virus de Zika se transmite principalmente por la picadura del mosquito hembra del género Aedes Aegypti, infectado por haber picado antes a una persona enferma con el virus. Pero la transmisión también puede ser de la madre a su hijo durante el embarazo o a través de la leche materna, por contactos sexuales o debido a transfusiones de sangre.
Muchos adultos infectados con el virus de Zika son asintomáticos; mientras que otros tienen síntomas leves, similares a otros virus transmitidos por mosquitos o infecciones de gripe. Pero esto no significa que carezca de riesgos para la salud.
El mayor problema del Zika es su efecto en los bebés que todavía están creciendo en el vientre materno. El virus puede producir abortos espontáneos, el nacimiento de bebés muertos o anomalías congénitas. Entre estas últimas puede observarse microcefalia (cabeza de tamaño mucho menor de lo que se espera para la edad), desproporción craneofacial, dificultades para mover las extremidades y el cuerpo (hipertonía o espasticidad), daños al cerebro, problemas en la vista y en la audición, convulsiones y dificultad para tragar, irritabilidad y secuelas cognitivas, es decir, diversas afectaciones que constituyen el “Síndrome Congénito por el Virus de Zika”.
En Argentina no se han reportado hasta el momento una gran cantidad de casos de infección congénita, pero teniendo en cuenta que el mosquito vector está presente en nuestro territorio y que una de las vías de contagio es la transmisión sexual, la Dra. Jimena Barbeito Andrés, investigadora argentina del CONICET, refirió un año atrás: “Argentina es un blanco potencial para el Zika”.
Además, el avance del cambio climático en el planeta está alterando las condiciones de vida de muchos animales y el mosquito Aedes Aegypti es uno de ellos. Y esto favorece la potencial transmisión de las enfermedades que inocula.
Efectos sobre la salud auditiva infantil
Los bebés con infección congénita por el virus de Zika, además de microcefalia y otras enfermedades que afectan al cerebro, pueden presentar al nacer una pérdida de audición conocida como hipoacusia neurosensorial, por lesión en las células ciliadas del oído interno.
La Academia Americana de Audiología considera esencial la identificación de la hipoacusia a través de pruebas de detección de la audición en los bebés y niños que puedan tener un alto riesgo de pérdida auditiva como consecuencia de la enfermedad por el virus de Zika. De hecho, las nuevas pautas sobre la detección de la audición en recién nacidos del Comité Conjunto sobre Audición Infantil (JCIH) de los Estados Unidos, desde el año 2019 incluye al Zika como un factor de riesgo de pérdida auditiva.
Todavía no se sabe si el Zika puede provocar una deficiencia auditiva progresiva o de aparición tardía, como ocurre con otras infecciones congénitas. Sin embargo, una revisión reciente de la literatura indica que la pérdida auditiva relacionada con el Zika a menudo se informa en niños mayores de un año, lo que, asumiendo que fueron examinados al nacer, sugiere un posible inicio tardío y la correspondiente necesidad de monitoreo continuo.
Aunque limitada, la investigación sobre la pérdida auditiva relacionada con el Zika es significativa. Dos investigaciones, una en Brasil y otra en Colombia, brindan información valiosa sobre la deficiencia auditiva en relación con el Zika.
Investigación en Brasil:
Un estudio retrospectivo brasileño elaborado por el Hospital Agamenon Magalhães en colaboración con otras instituciones, entre ellas los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, arrojó luz sobre la relación entre la infección por el virus de Zika y la pérdida auditiva.
Desde noviembre de 2015 hasta mayo de 2016, se reclutaron setenta menores de diez meses con microcefalia severa e infección confirmada por virus de Zika y se realizaron pruebas de detección y diagnóstico de la audición. Se comprobó que 4 de cada 60 niños examinados (un 5,8%) presentaban una deficiencia auditiva neurosensorial que podía ser total o parcial, en uno o ambos oídos.
Investigación en Colombia:
Un estudio realizado por el Instituto Nacional de Salud (INS) de Colombia, también en asociación con los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos, reveló nuevos hallazgos sobre los efectos del virus.
Se realizó un seguimiento especial a los 16.241 lactantes nacidos durante la epidemia colombiana del año 2016, los cuales habían estado expuestos al virus, algunos con Síndrome Congénito por Zika y otros sin él.
Los expertos confirmaron que del total de niños que no habían presentado el síndrome, alrededor de un 39% tenía alteraciones en el desarrollo de la audición y el lenguaje, el 4,6% hemiparesia (parálisis parcial en brazo y pierna), el 2,7% hipoacusia neurosensorial y un 2,1% convulsión febril compleja.
Cómo reconocer a los mosquitos Aedes Aegipti
Los mosquitos de esta especie tienen una fisonomía muy característica que permite identificarlos con facilidad: son pequeños, negros y tienen bandas blancas en el lomo y las patas.
Viven en nuestras casas y alrededores. Depositan sus huevos en lugares donde se acumula agua, por ejemplo: floreros, recipientes de agua para mascotas, bebederos de aves, portamacetas, baldes, drenajes de aire acondicionado, tanques de agua, piletas de natación, canaletas de desagüe pluvial obstruidas, neumáticos en desuso, botellas y latas viejas, huecos de árboles, etc. Cuando llegan a la fase adulta empiezan a volar, pero siempre distancias relativamente cortas (no más de 150 metros a la redonda de donde nacen).
Solamente pican las hembras que se alimentan de la sangre de los seres humanos para poder nutrir a sus huevos. Suelen hacerlo durante la mañana o la tarde, rara vez de noche.
¿Cómo evitar contraer Zika y otras enfermedades transmitidas por el mosquito Aedes Aegipti?
Los investigadores están trabajando para encontrar una vacuna contra el virus de Zika. Pero mientras tanto, la única prevención posible consiste en evitar las picaduras de mosquitos y descartar los recipientes con agua que puedan servir de criaderos para sus huevos.
Es conveniente que tenga en cuenta las siguientes recomendaciones:
1.Elimine los criaderos de mosquitos
– Descarte los recipientes inservibles como latas, llantas y demás objetos que puedan almacenar agua.
– Coloque boca abajo aquellos recipientes que utiliza diariamente, por ejemplo los baldes y las palanganas.
– Saque el agua de los portamacetas, colectores de desagües de aire acondicionado o lluvia, dentro y fuera de la casa.
– Cambie diariamente el agua de los floreros, peceras y el agua de las mascotas.
– Mantenga limpias las canaletas y los desagües.
– Tape los tanques o depósitos de agua de uso doméstico.
– Elimine el agua de los huecos de árboles, rocas, paredes, pozos y letrinas abandonadas, y rellene los huecos de las paredes en los cuales pueda juntarse agua de lluvia.
– Mantenga los patios y jardines ordenados y desmalezados.
– Mantenga limpia la pileta de natación fuera de temporada, o bien vacíela.
2.Evite la picadura del mosquito:
– Aplique repelente sobre la piel expuesta (que no contenga sustancias aromáticas dado que el perfume atrae a los mosquitos), ya sea en aerosol, crema o líquido, y renuévelo con frecuencia siguiendo las instrucciones de la ficha técnica del producto.
– Los repelentes más eficaces son los que contienen DEET (Dietil Toluamida), entre los que se encuentra la marca más vendida en nuestro país. También aquellos cuyo producto activo es el IR3535 (Etil Butil Acetilamino Propionato).
– Rocíe su ropa con repelente, ya que los mosquitos pueden picar a través de las prendas de tela fina.
– Utilice tabletas repelentes en habitaciones y espirales en el exterior.
– Mantenga puertas y ventanas cerradas.
– Coloque mosquiteros/mallas metálicas en puertas y ventanas.
– Proteja la cuna o el cochecito del bebé con mosquiteros de tipo tul.
Como hasta el momento no hay un medicamento ni una vacuna específica para la enfermedad por el virus de Zika, son primordiales las medidas de prevención.
Las mujeres embarazadas o las que están considerando embarazarse, deben
extremar las precauciones.
Fuentes
Organización Mundial de la Salud – 20/07/18
Argentina.gob.ar
Buenos Aires Ciudad – 5/03/20
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (CONICET) – 13/01/20
Revista LEADERLIVE (Pub. ASHA) – 6/06/21
Instituto Nacional de Salud de Colombia – 21/03/19
American Academy of Audiology – 30/03/16
Healthy Hearing – 25/08/16
Centers for Disease Control and Prevention (CDC) – 2/09/16
Revista Webconsultas – 2/09/16