Todos queremos un «envejecimiento saludable», pero ¿qué es realmente?

Todos queremos un «envejecimiento saludable», pero ¿qué es realmente?

A pesar de que las personas viven más tiempo, no significa que estén haciéndolo con salud y teniendo sus necesidades satisfechas. La salud es de fundamental importancia para mantener una experiencia positiva de la vejez y de todas las oportunidades que ésta nos ofrece.

Tendencias en el envejecimiento de la población

El informe “Perspectivas de la Población Mundial 2019: Aspectos Destacados”, presenta los principales resultados de la vigesimosexta ronda de las estimaciones y proyecciones de la población mundial de la Organización de la Naciones Unidas (ONU). El mismo confirma que:

– La población mundial está envejeciendo debido al aumento de la esperanza de vida al nacer y la disminución de los niveles de fecundidad, como así también por la migración internacional que ha contribuido al cambio de las estructuras de edad en varios países y regiones.
– Al mismo tiempo que la población mundial está envejeciendo, el grupo de personas de 65 años o más es el que crece con mayor rapidez. Para el 2.050, una de cada seis personas en el mundo (16% de la población) tendrá más de 65 años, en comparación con una de cada once en el 2.019 (9%). Se proyecta que la proporción de la población de 65 años o más se duplicará entre el 2.019 y el 2.050 en África, Asia, América Latina y el Caribe; mientras que una de cada cuatro personas que vivan en Europa y América del Norte podría tener 65 años o más.
– En el 2.018, por primera vez en la historia, las personas de 65 años o más a nivel mundial superaron en número a los niños menores de cinco años.
– Se estima que el número de personas de 80 años o más se triplicará, de 143 millones en el 2.019 a 426 millones en el 2.050.

¿Qué se entiende por «envejecimiento saludable»?

Hoy en día, por primera vez en la historia, la mayoría de las personas pueden esperar vivir hasta los setenta años e incluso más. En estos años de vida adicionales se pueden emprender nuevas actividades, como estudios o pasatiempos, sin dejar de hacer aportaciones de gran valor a la familia y la comunidad. Sin embargo, la salud condiciona en gran medida las posibilidades de realizar estas actividades.

Las capacidades físicas y cognitivas de una persona aumentan en los primeros años de la vida, alcanzan su pico al comenzar la edad adulta y, naturalmente, a partir de entonces empiezan a declinar. El ritmo del descenso está determinado, al menos en parte, por el estilo de vida y el comportamiento a lo largo de la vida (nutrición adecuada, ejercicio físico, bajo consumo de alcohol y no fumar). Y paralelamente, por las intervenciones oportunas y eficientes para prevenir o abordar tempranamente las condiciones médicas que pueden causar algún tipo de dificultad en la vida diaria, como por ejemplo: las enfermedades cardiovasculares, neurológicas y renales, diabetes, deterioro cognitivo, osteoporosis y deficiencias sensoriales.

El «envejecimiento saludable» va más allá de conseguir vivir el mayor número de años posible, se trata de más años pero con más calidad. Es el proceso de desarrollo y mantenimiento de la capacidad funcional que permite a una persona alcanzar su bienestar en la vejez y comprende: satisfacer las necesidades básicas; aprender, crecer y tomar decisiones; tener movilidad; establecer y mantener relaciones y contribuir a la sociedad.

«Década del Envejecimiento Saludable»

La Asamblea General de la Organización de la Naciones Unidas (ONU) publicó un documento declarando al decenio 2.021-2.030 como la «Década del Envejecimiento Saludable». La declaración tiene lugar desde el convencimiento de que se necesita urgentemente apoyar un envejecimiento saludable para mejorar, tanto la vida de las personas mayores, como la de sus familias y comunidades. De modo que a través de esta iniciativa alientan a los gobiernos, al sector privado, a la sociedad civil, a los profesionales de la salud y a los medios de comunicación a cambiar la forma de pensar, sentir y actuar respecto al envejecimiento; facilitar la capacidad de las personas mayores de participar en la sociedad; proporcionarles una atención integral y servicios de salud primaria de acuerdo con sus necesidades y darles acceso a los cuidados a largo plazo que pudieran necesitar.

Todo esto resulta vital para que la experiencia de la vejez sea lo más saludable posible y que, de esta manera, las personas mayores puedan aprovechar todas las oportunidades que se les brinden en esta etapa.

Conexión entre la audición y el «envejecimiento saludable»

La audición resulta esencial para un envejecimiento saludable. De todas las modalidades sensoriales, la audición es fundamental para la comunicación interpersonal. Una pérdida auditiva afecta en su globalidad la calidad de vida de la persona alterando los procesos mentales, emocionales, educacionales y ocupacionales del individuo. En el caso del adulto mayor puede traer consigo dificultades para la comunicación, aislamiento social, depresión, deterioro cognitivo, mayor riesgo de demencia, fallas de memoria, trastornos del equilibrio y caídas, pérdida de autonomía, desinterés en las actividades diarias, además de frustración en los familiares y amigos.

El deterioro de la audición relacionado con el envejecimiento o presbiacusia se debe con mayor frecuencia a la degeneración de las estructuras del oído interno. La pérdida de sensibilidad auditiva se produce de modo gradual, progresivo y bilateral, y conlleva trastornos en la comprensión del lenguaje especialmente en ambientes ruidosos o con malas condiciones acústicas, como así también en las conversaciones muy rápidas. A menudo se presentan dificultades en la localización de la fuente sonora, y, en ocasiones, los sonidos que son normales para individuos jóvenes resultan demasiado elevados o molestos.

Hasta el día de hoy, no existen tratamientos efectivos con fármacos que puedan regenerar las estructuras envejecidas del oído y, por supuesto, la pérdida auditiva vinculada con el paso de los años resulta irrecuperable. Abordarla tempranamente puede ayudar a minimizar su impacto negativo.

Las opciones terapéuticas se centran en mejorar el desempeño del adulto mayor en la vida cotidiana. En la mayoría de los casos, los audífonos aumentan la audibilidad del sonido y contribuyen a una mejor calidad vida. Como la tecnología ha evolucionado mucho a través de los años, actualmente se dispone de diferentes estilos y modelos de audífonos con más y mejores prestaciones a precios asequibles.

Los audífonos se pueden usar solos o en conjunto con dispositivos auxiliares de ayuda auditiva, con el fin de maximizar la audición en actividades de comunicación desafiantes específicas tales como el uso del teléfono, escuchar televisión o asistir a eventos en lugares públicos

Además del apoyo tecnológico, es importante proporcionar capacitación al adulto mayor y a su familia, sobre estrategias para lograr habilidades de comunicación efectivas, entre otras: aprovechar la información visual, como observar las caras y los gestos de las personas que están hablando, para facilitar la comprensión de lo que se dice; hablar de manera natural; asegurar una buena iluminación y reformular el mensaje no comprendido en lugar de repetirlo.

La rehabilitación auditiva es una herramienta que se puede implementar como tratamiento adicional al uso de audífonos para mejorar la escucha y la percepción del habla.

El aumento de la esperanza de vida nos da la oportunidad de repensar cómo queremos transitar nuestra vejez. No se conforme con agregar años a su vida, añada vida a sus años siguiendo las estrategias respaldadas por la ciencia para combatir los cambios naturales que de otro modo podrían afectar su vida diaria y su bienestar.
¡Busque ayuda para compensar su pérdida de audición!

 

Fuentes

Naciones Unidas

United Nations Population Deparment – 17/06/19

Organización Mundial de la Salud

Monográfico especial de GeriatricArea – 17/12/20

GeriatricArea – 23/01/17

Sociedad Española de Geriatría y Gerontología – 15/12/20

Hear-it.org

National Institute on Deafness and Other Communication Disorders (NICD)

Revista “European Geriatric Medicine” – Julio 2016

Revista “The Gerontologist” (Oxford Academic) – 18/03/16

Revista Areté Fonoaudiología – 30/06/17